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UN AÑO DESPUÉS… JMJ MADRID 2011
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Durante
esa semana pregonamos nuestra Fe, cada uno a su manera
pero todos llevando la palabra de Dios hasta el último
rincón del mundo. Los cofrades debemos de hacer
igual, pregonamos nuestra Fe en la calle, llevando
el Evangelio vivo al pueblo; y el resto del año,
lo debemos de llevar en nuestro corazón y ayudando
en todas aquellas tareas que sean necesarias para la
Hermandad y para la Parroquia.
Para acabar, me gustaría compartir unas palabras
del Santo Padre pronunciadas antes de la Adoración
al Santísimo. Leedlas con el corazón dispuesto,
palabras llenas de cariño hacía sus jóvenes,
hacía nosotros…
“Pero, ¿cómo
puede un joven ser fiel a la fe cristiana y seguir
aspirando a grandes ideales en la sociedad actual?
En el evangelio que hemos escuchado, Jesús
nos da una respuesta a esta importante cuestión: «Como
el Padre me ha amado, así os he amado yo;
permaneced en mi amor» (Jn 15, 9). Sí,
queridos amigos, Dios nos ama. Ésta es la
gran verdad de nuestra vida y que da sentido a todo
lo demás.
No somos fruto de la casualidad o la irracionalidad,
sino que en el origen de nuestra existencia hay
un proyecto de amor de Dios. Permanecer en su
amor significa
entonces vivir arraigados en la fe, porque la fe no es la simple aceptación
de unas verdades abstractas, sino una relación íntima con Cristo
que nos lleva a abrir nuestro corazón a este misterio de amor y a vivir
como personas que se saben amadas por Dios. Si permanecéis en el amor
de Cristo, arraigados en la fe, encontraréis, aun en medio de contrariedades
y sufrimientos, la raíz del gozo y la alegría. La fe no se opone
a vuestros ideales más altos, al contrario, los exalta y perfecciona.
Queridos jóvenes, no os conforméis con menos que la Verdad y el
Amor, no os conforméis con menos que Cristo.”
“Queridos jóvenes, también hoy
Cristo se dirige a vosotros con la misma pregunta que
hizo
a los apóstoles: «Y vosotros, ¿quién
decís que soy yo?». Respondedle con generosidad
y valentía, como corresponde a un corazón
joven como el vuestro. Decidle: Jesús, yo sé que
Tú eres el Hijo de Dios que has dado tu vida
por mí. Quiero seguirte con fidelidad y dejarme
guiar por tu palabra. Tú me conoces y me amas.
Yo me fío de ti y pongo mi vida entera en tus
manos. Quiero que seas la fuerza que me sostenga, la
alegría que nunca me abandone.
(…)
Tener fe es apoyarse en la fe de tus
hermanos, y que tu fe sirva igualmente
de apoyo para
la de otros.
Os
pido, queridos amigos, que améis a la Iglesia,
que os ha engendrado en la fe, que os ha ayudado a
conocer mejor a Cristo, que os ha hecho descubrir la
belleza de su amor. Para el crecimiento de vuestra
amistad con Cristo es fundamental reconocer la importancia
de vuestra gozosa inserción en las parroquias,
comunidades y movimientos, así como la participación
en la Eucaristía de cada domingo, la recepción
frecuente del sacramento del perdón, y el cultivo
de la oración y meditación de la Palabra
de Dios. De esta amistad con Jesús nacerá también
el impulso que lleva a dar testimonio de la fe en los
más diversos ambientes, incluso allí donde
hay rechazo o indiferencia. No se puede encontrar a
Cristo y no darlo a conocer a los demás. Por
tanto, no os guardéis a Cristo para vosotros
mismos. Comunicad a los demás la alegría
de vuestra fe. El mundo necesita el testimonio
de vuestra fe, necesita ciertamente a
Dios.”
Elisabeth Mendoza
Vocal de Juventud
del Consejo General de Hermandades y Cofradías de la Archidiócesis
de Barcelona
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