Los pasados
3, 4 y 5 de mayo, Roma convocó a las cofradías
en la Jornada Mundial de las Cofradías.
La cita reunió alrededor de 60.000 inscritos.
La delegación diocesana de Hermandades
y Cofradías de la Archidiócesis de
Barcelona organizó un viaje para unos 30
peregrinos, los cuales vivieron tres jornadas muy
intensas en la ciudad eterna.
La expedición llegó a Roma el viernes
por la mañana y después alojarse
en la Residencia de las Angélicas y visitar
diversos lugares de interés turístico
se dirigió el viernes a la tarde a la Basílica
de Santa María dell Orto, donde el obispo
auxiliar de Barcelona, en su calidad de presidente
de la Comisión de Pastoral de la Conferencia
episcopal española dirigió el rezo
de vísperas y unas palabras de reflexión
sobre el papel de la cofradías y los cofrades
en la iglesia.
En dicho acto estuvo
acompañado por el
padre Josep Enric Parellada, Director del Departamento
de Santuarios, Peregrinaciones y Piedad Popular
de la Conferencia Episcopal.
El sábado a la mañana la expedición
barcelonesa junto con el resto de asistentes se dispuso
a peregrinar a la tumba de San Pedro. Fue un momento
intenso y que seguro quedará grabado en la mente
de los que asistieron. En las inmediaciones del Vaticano
miembros del Consejo Ggeneral de Hermandades de Barcelona,
encabezados por su presidente Manuel Zamora, tuvieron
la oportunidad
de encontrarse con personas del resto del estado muy
próximas al Consejo o contemplar encuentros inesperados
como el de la pregonera del 2011 Dña. Maruja Vilches
con el pregonero del 2013 Mons.Sebastiá Talltavull,
o como no saludar al último premio Inmaculada
D. Javier Fresno al cual desde la Delegación y
el Consejo de Hermandades se le agradece la ayuda recibida
para organizar el viaje.
Después de peregrinar a la tumba
de San Pedro, se visitaron los museos vaticanos y a las
tres y media de la tarde tuvo lugar otra vez en la Basílica
de Santa María dell Orto una catequesis y la celebración
de la Sagrada Eucaristía a cargo de Monseñor
Antonio Cañizares.
El
resto de la tarde siguió con
visitas a los numerosos lugares de interés
romanos hasta llegar la hora de descansar y prepararnos
para la Santa Misa del Domingo, oficiada por S.S.
el Papa Francisco I ante una abarrotada plaza de
san Pedro, la cual presentó un colorido
impresionante debido a los diferentes hábitos
de los cofrades. Colorido empañado por la
fuerte lluvia que hizo acto de presencia durante
la primera parte de la misa. Palabras bellas la
del Papa Francisco en la homilía, reclamando
eclesialidad, evangelización y esfuerzo
misionero
a nuestras cofradías.
Después de las tres jornadas vuelta a
Barcelona con un gran recuerdo de la peregrinación
y el reconocimiento a los organizadores de la
misma, así como el agradecimiento a las
personas que organizaron la expedición
barcelonés, especialmente al delegado
diocesano Mossén
Gregorio Manso y también a las Hermanas
Angélicas que nos alojaron en su residencia
de la Via Paolo Bentivoglio, 12 y nos arroparon
con todo el cariño del mundo.