El
sábado 7 de octubre, el
Consejo General de Hermandades y Cofradías,
celebró como es habitual cada año,
las Glorias de María que, en esta edición,
tuvo como anfitriona a la Hermandad Virgen de la
Fuensanta de Sabadell y su sede la parroquia del
Sagrado Corazón de Sabadell.
El acto comenzó a las seis y media de la tarde con la bienvenida a cargo
del presidente de la Hermandad de la Virgen de la Fuensanta Don Vicente Lorente
y de la vicepresidenta del Consejo Isama Rodríguez Cabezas. Posteriormente
tomó la palabra el obispo auxiliar de Terrassa, Monseñor Salvador
Cristau i Coll encargado de ofrecer la conferencia sobre María en esta
ocasión.
Monseñor Salvador Cristau nos animó a ver las Glorias de María
en momentos y situaciones muy conocidas por todos, lo resumió diciendo
que las Glorias de María son los dones con los que Dios llena a María
y que la mayor Gloria de María es Jesucristo, su hijo, Dios hecho hombre
e hijo del Padre. Por extensión nosotros como hijos de Dios que también
somos, también somos Glorias para María.
Cada uno de nosotros estamos
llamados a ser Glorias de nuestra Madre, la Virgen.
Dios nos pide que la glorifiquemos
con la respuesta que Ella dio. “Si, hágase
en mi según tu palabra”.
Monseñor Cristau nos recordó cuando María
y José fueron de peregrinación a Jerusalén,
donde pierden a Jesús y lo encuentran a los tres
días en el templo. Ese encuentro de María
con su hijo, refleja el encuentro de Ella con cada uno
de nosotros después de esos momentos en que perdemos
la relación con Dios por tibieza, pereza, etc.
María ante ese alejamiento sale en nuestra búsqueda
igual que salió en busca de Jesús. Si facilitamos
ese encuentro glorificamos a María.
En Caná de Galilea, María intercede por
los novios, esa intercesión nos anuncia que ella
intercede por cada uno de nosotros. Nos indica que venzamos
nuestra falta de fe y lo hace diciendo “Haced lo
que él os diga”. Cada vez que vencemos nuestros
complejos y nos ponemos en manos de Dios, estamos glorificando
a María.
Al pie de la cruz María ve a su hijo clavado en
ella y oye de él “Mujer ahí tienes
a tu Hijo, Hijo ahí tienes a tu madre”.
La iglesia interpreta que en aquel momento Jesús
nos da a María como Madre de todos a la vez que
nos da a ella como hijos. Así que cada vez
que nos dirigimos a ella viviendo y sintiendo el
honor de
ser hijos suyos, en realidad la estamos glorificando.
También Monseñor Cristau nos recordó que después
de
Ascender Jesús a los cielos,
María fue glorificada al ser una de las personas
privilegiadas junto con los apóstoles en ser las
primeras de recibir al Espíritu Santo en el cenáculo.
Precisamente Ella que había sido mediadora de
que el Espíritu Santo hiciera su obra en la venida
de Jesús.
El señor obispo nos recordó que la confirmación
es el mayor regalo que nos hace Dios. Para María
es una Gloria que nosotros como hijos abracemos al Espíritu
Santo.
Para acabar Monseñor Cristau nos invitó a
pedir a María como Madre Nuestra que es, nos conceda
vivir como hijos suyos, teniéndole una gran devoción
bajo cualquier advocación de las que dan nombre
a nuestras hermandades.
La celebración tuvo su colofón con la celebración
de la Eucaristía oficiada por Monseñor
Cristau y concelebra entre otros por el rector de la
Parroquia del Sagra Cor Mn. Miguel Ángel Herrero
y cantada por el coro del Centro Regional Murciano que
nos deleitó con la misa huertana.
Al acabar la concurrida
Eucaristía tuvimos la
ocasión de disfrutar de un piscolabis
en los locales parroquiales.