PREGÓN DE LA SEMANA SANTA 2007

Consell de Germandats i Confraries de la Arxidiòcesi de Barcelona
Ajuntament de Barcelona

Pregoner: Katy Carreras Moysi Carles_Tolrà, marzo 2007

Sr. Presidente del Consejo General de Hermandades y Cofradías de la Archidiócesis de Barcelona y miembros del ilustre Consejo;

Responsables de la Coordinadora Catalana de Hermandades, Congregaciones y Cofradías;

Autoridades del Consistorio de Barcelona, aquí presentes y de la Generalitat de Catalunya y Diputación de Barcelona;

Reverendos Párrocos y Coadjutores de las diversas Parroquias de todo el colectivo de Hermandades y cofradías;

Hermanos Mayores, Tenientes, Mayordomos, Secretarios y directivos de las más de 80 Hermandades y Cofradías de Barcelona y su entorno y protagonistas en la Semana Santa Barcelonesa de 2007;

Cofradías de Nazarenos, feligreses y amigos todos, aquí presentes.

No sé si podré encontrar las adecuadas palabras, los vocablos precisos, (y yo quisiera que “preciosos”)... que pide, solicita y demanda la solemne ocasión del momento.

No sé, tampoco, si atinaré con el mágico son, la adecuada armonía y el fervoroso ímpetu, que vuestros oídos están acostumbrados a escuchas de anteriores pregoneros. Ellos me han precedido en años pasados y supieron encontrar la sinfonía que vuestra entrega y fervor solicitaba.

Espero no defraudar a mi amigable concurrencia.

Yo, lo que sí sé, es que sólo he de hablar al dictado sonoro de mi corazón. Un corazón, el mío, que sabe latir con Barcelona, con los barceloneses, y con todas las manifestaciones del sentir y palpitar de la Ciudad y sus habitantes.

Yo quisiera tener algo de poeta, (poetisa, en mi caso...), para, ante la Semana Santa que se vislumbra, no escatimar figuras, metáforas y versos.

Quien podrá tanto alabarte, según es tu merecer,
quien sabrá tan bien loarte... que no le falte saber.

Antonio Gala, nuestro manchego-cordobés, supo expresarlo así:
Cuando el poeta escribe o habla, es porque se halla envuelto en un presente enamorado. Así son de claras, sonoras, hermosas y sinceras sus voces.

Yo os prometo que, aquí, en este momento y en esta ocasión, no ha de faltar sinceridad. Las otras cualidades le sobraban a Antonio Gala, y a mí seguro que me faltan... En sinceridad puedo competir con él... y con cualquiera, en éste mi Pregón, con toda mi sinceridad, también mi corazón.

Hermanos y hermanas de las cofradías, hay un refrán que canta: “Donde amor ha habido, no puede haber olvido”. Vuestro pasado, el que constituyó vuestra biografía de entonces, no lo habéis olvidado. Por eso, cada año lo hacéis presente, lo afloráis, lo reproducís y lo celebráis...

Y es que hay senderos en la vida
Que son desgarros del corazón,
Sentimiento de luna perdida,
viejos senderos de amor...

Esos senderos, esas lunas perdidas, esos desgarros del corazón... se os hacen presentes, mayormente, cuando se aproxima la Semana Grande o Semana Santa y, principalmente, el Jueves y Viernes Santos.

Al traer la Semana Santa de “vuestras lunas perdidas”, desde Andalucía, Murcia, Extremadura... y otros rincones de España... a Barcelona, ya otros lugares de Catalunya, lo habéis hecho por exigencias de AMOR y exigencias de FE y de creencias.

El que tiene AMOR a sus orígenes (y a eso estamos obligados todos los pueblos) no cede fácilmente a la tentación del desarraigo. Se debe andar nuevos caminos con gozo y alegría y con impulsos y deseos de integración, pero siempre, con vuestros viejos zapatos, cómodos y seguros... Guardando con mimo las propias raíces, y destapando, cuando venga el caso, las tinajas o vetustos baúles heredados, llenos de impulsos, sentimientos y creencias... La cultura heredada merece fidelidad, amor y respeto. El infiel a lo propio no puede jurar fidelidad a lo sobrevenido o ajeno...

Por exigencias de FE y de creencias habéis traído a Barcelona la Semana Santa de vuestra infancia y vuestros orígenes. En ella sabéis conjugar la devoción, el arte, la fiesta y el sentimiento. Por imperativo de vuestra fe, no aceptáis a un Dios lejano, dimitido, oculto o clausurado. Por eso lo sacáis, paseáis, jaleáis y lo explicáis, en el barroco bordado de los mantos de las Vírgenes, en la sentida plegaria o incompleta oración ante un paso o una dolorida imagen y en hondo sentir de una Saeta.

Aspiráis a que cada persona, cada Hermandad o Cofradía, se deje evangelizar por Jesús y su Madre, en el libro abierto de vuestras policromas Procesiones.

Las artistas imágenes de Cristo y de la Virgen, tales, las de Jesús del Gran Poder y la de la Esperanza Macarena que verán las calles de Barcelona, representan, para los creyentes, el hecho histórico de la Redención de la Humanidad por la Pasión y Muerte del Hijo de Dios y de los dolores de su Madre. Para los no creyentes es el símbolo, tantas veces repetido, de la tragedia del hombre injustamente acusado, que asume la culpabilidad de otro, y por ello, sufre él y también su dolorida Madre.

Y en la semana Santa 2007, que se abrirá el día 1 de Abril, con las palmas del Domingo de Ramos, y tendrá su culmen en el gran día del Viernes Santo, encontrará, una vez más, una Barcelona abierta a toda España y a sus diferentes culturas.

Porque Catalunya, y en mayor grado Barcelona y su entorno, ha sido y es un pueblo abierto. Nunca un pueblo estanco. Porque a su endocultura, (la de sus antepasados, aquella que la generación de mayor edad transmite a sus hijos) hay que añadir los aportes culturales, válidos e interesantes, de otros pueblos con diferentes costumbres, hábitos y capacidades. Cultura más cultura, tal vez sea una cultura de más grado y recursos.

Aquí ya se van naturalizando el Flamenco, las Ferias de Abril, el Rocío, las Casas Regionales y las Fiestas de la Diversidad... También la proliferación, por todo el territorio de Catalunya, de Hermandades y cofradías Semanasanteras, señalaremos algunos lugares:

• Barcelona, con Santa Coloma, Badalona y Hospitalet;
• Sant Boi, Pineda de Mar y el Prat;
• Badía del Vallès, Sant Vicenç dels Horts y Castelldefels;
• Mataró, Masquefa y Manresa...
• También Lleida y Tarragona...

Todas estas poblaciones se han ido agregando al fervoroso Concierto de la Semana Santa, que podemos adjetivar, ya, como Catalana...

Pero vayamos a lo nuestro (que me he dejado seducir por el tema y he seguido otros cauces o caminos)... Lo nuestro, lo de hoy y de este momento es el Pregón de Exaltación de las Hermandades de Jesús del Gran Poder y de La Esperanza Macarena, de Nuestra Señora de las Angustias y de todo el cosmos de Pasos, Tronos y Procesiones que conforman el sagrado mundo semanasantero de Barcelona y su Provincia.

Exaltación y aliento o impulso, para un ardor creciente de fervor y participación.

De entrada, quiero alabar, amigos anfitriones de la Parroquia de Sant Agustí, y amigos de la vecina Parroquia de Sant Jaume, (miembros de las Hermandades de la Esperanza Macarena, el Cristo del Gran Poder y de la Virgen de las Angustias) y amigos de todas las Hermandades y Cofradías de Barcelona y su entorno..., quiero alabar, digo, ese vuestro empeño, dedicación y trabajo (tal un santo enjambre de obreros) por dar corona y fin a vuestros desvelos cuando se aproxima la Semana Santa.

Cierro los ojos y me parece contemplar todo un “cosmos” de personas, en órbita alrededor de Cristo y su dolorida Madre.

Aquí, solemnes novenas, quinarios, triduos y Víacrucis; túnicas alcanforadas, capirotes y enseres procesionales...

Allí, una colmena de personas, en continuo movimiento, en urgencias por las fechas que se aproximan: Preocupación en el Hermano Mayor, en el Conciliario, la Junta de Gobierno, el Prioste y su Cabildo; anhelos en Fiscales, Censores de Cuentas y Tesoreros; urgencias en Camaristas, Capataces, Mayordomos de Pasos y Responsables de los adornos florales o de la Banda de Música; ilusiones en los Hermanos Cofrades, Penitentes, Hermanos de Filas, Saeteros y Cuadrillas de Costaleros...; orgullosa entrega en portadores de incensarios, de navetas con incienso y en los jóvenes acólitos...

Amigos y Hermanos Cofrades: pues que estamos en la Iglesia de Sant Agustí, me vais a permitir que busque en Andalucía, y principalmente en Sevilla, el origen de muchas de vuestras Hermandades y Cofradías.

Aquí, las Hermandades de la Esperanza Macarena y el Cristo del gran Poder, homónimas y hermanas de las sevillanas y de parejos fervores...

En Sevilla, nombrar a la Macarena y al Cristo del Gran Poder es tocar los hilos más sagrados del sentir de la Ciudad y de los Sevillanos.

El Cristo del gran Poder de Sevilla tiene su estancia y hogar en la Basílica del Gran Poder. Allí, tal sucede en Madrid con el Cristo de Medinaceli, todos los viernes del año, acude una riada de devotos para ofrecerle sus ramos de flores, dedicarle sus plegarias de honor y alabanza y también, sus preces en demanda de favores. Allí todos sus devotos pueden con sus enfervorecidos labios alcanzar y besar el talón del Señor que se asoma tras un cristal.

La imagen del gran Poder sevillana fue restaurada el pasado año, y le han quitado el moreno ficticio adquirido, debido a la patina del tiempo.

El gentío se hace interminable cuando es procesionado el Viernes Santo. En el silencio absoluto de la noche, sólo el ruido de las cadenas de los penitentes que arañan la calzada, semejando el arrastre de la Cruz de Cristo por el empedrado de Jerusalén en su caminar hacia el Gólgota.

Y con la Esperanza Macarena sevillana, un pugilato con la Esperanza de Triana, tal el Betis con el Sevilla. Un exaltarla y vitorearla en el mayor de los delirios. En un principio tuvo su sede u hogar en la Iglesia de San Gil del Barrio de la Macarena, de allí fue liberada en 1936 para no ser presa de las llamas de hordas incendiarias. Pasó a la Iglesia de la Anunciación de la Universidad sevillana, en la calle Laraña y Fernández. Su estancia aquí duró hasta 1941. Ahora, recibe a los sevillanos en su tercera mansión, la Basílica de la Macarena, aledaño a su antigua mansión de San Gil y junto a la torre Blanca y a los últimos vestigios de lo que fue muralla de la ciudad, en pleno barrio de la Macarena.
Pues amigos y Hermanos Cofrades, de estas raíces, el esplendoroso árbol y los dulces frutos de vuestra acendrada devoción a las ya catalanas Hermandades.

Y amigos, ya que hemos buscado en Sevilla el origen de vuestras dos Hermandades, y como quiera que después de este, mi pregón, y formando parte de él, vamos a tener ocasión de asistir y disfrutar con un magno Concierto de Marchas Procesionales, quiero, también, dedicaros unas pinceladas sobre la Música Sacra semanasantera, cultivada en ese Sur de las añoradas raíces de muchos de vosotros.

La música siempre ha sido elemento fundamental en las procesiones.

En el Barroco, ya Misas armonizadas por maestros, tan esclarecidos, como Palestrina o Tomás Luis de Victoria, ambos Maestros de Capilla en Catedrales y en la misma Capilla Sixtina de Roma.

En el siglo XIX un iniciar la ruta o travesía de las Marchas Procesionales y de las Coplas, para uso interno de los templos cristianos. Entonces, los famosos nombres de Font de Anta, Antonio Pantión, Gómez Zarzuela, Alberto Francés y Santiago Ramos Castro...

Y en el siglo XX, el esclarecido “Maestro Tejera” muerto en 1971, también su sobrino: José Tristán Martín, más conocido como “Pepín Tejera”, Abel Moreno y el incombustible Antonio Pérez Funes...

Y entre las más famosas partituras que suenan en nuestro tiempo:

• “Amargura” y “Soleá, dame la mano”, ambas de Font de Anta;
• “La Madrugá”, “Madre de los Gitanos Coronada”, “Virgen de los Reyes”,“Hermanos costaleros”, “Esperanza Marinera” y “Pasan los Campanilleros”, todas seis de Abel Moreno,
• “Virgen de las Aguas” de Santiago Ramos Castro y
• “Afligidos por tu Amargura” de J. González.

Y es que Andalucía expresa su dualismo emocional, juntando el dolor con “el Cante Jondo” y la tragedia del Calvario, con el placer de la mejor de las músicas.

Y con la mejor de las músicas, LA SAETA: ese cantar, unas veces oración y catequesis al aire libre, en plena calle, cara a Dios y a su Madre... y otras, confesión pública con expresión de dolor y arrepentimiento... También petición o súplica afectiva, llena de fe y esperanza.

La SAETA es, amigos cofrades y fieles aquí congregados,

El cantar del pueblo andaluz.
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz... (A. Machado)

En dos puntos o lugares concretos del recorrido por Barcelona, concentran los saeteros sus cantos desgarrados de amor, dolor y queja: a la salida de los Pasos (en la Pl. de Sant Agustí o en la puerta de la Iglesia de Sant Jaume) y en la Pl. de la Catedral, cuando el encuentro del Señor con su Madre dolorida y angustiada.

Hermanos Cofrades y amigos todos: me vais a permitir que en este mi Pregón haga mención y canto a la figura del “Cargador” o “costalero”.

Un poeta andaluz, creo que Rafael Duarte, tiene una estrofa en la que los señala o destaca:

En las calles, Saetas y Tambores,
La niebla perfumada del incienso,
Flores ceñidas por aromas densos,
Pasos, mecidos por los Cargadores...

¿Quiénes son estos hombres; estos costaleros o cargadores; cuál su vocación y el porqué de su entrega y sacrificio? ¿Cómo son capaces de suspirar por una jornada de tanto peso, dolor y sufrimiento?...¿ De qué madera están hechos?....

Sólo una toca alpargata; un costal de arpillera; un aguador a su vera y una faja ajustada... Pero sobre sus hombros: un Cristo, una Virgen, unos candelabros, un palio, una primavera en flores y luces con bellos resplandores... En su rostro y por todo su cuerpo un sudor varonil; un esfuerzo sentido y penitente; cansancio y apreturas... y en su cervid, el pesado yugo de los encajes barrocos de un macizo, abrumador y oneroso Paso...

Pero por su Fe y Entrega: una esperanza dentro del pecho; una luz diferente en sus ojos y un soñar infantil en su mirada...

También, un nudo recio en su garganta; una actitud sencilla de creyente; una senda soñada que le lleve a Dios con esa su locura... y un gran amor a Dios y a su Madre, hecho ilusión y quimera...

Que ¿Quiénes son estos hombres?... Mi retrato sólo es un esbozo de una fe y heroicidad que sólo ellos y Dios Conocen...

Esta heroicidad de los costaleros que sólo ellos y Dios conocen, pero, tal vez con una mayor insistencia y tenacidad, rayana con lo quijotesco, por lo de soñadores, es, amigos míos, lo que ha hecho posible que hoy exista en Cataluña un pujante Consejo General de Hermandades y Cofradías, que se reunió en Congreso, el pasado mes de Febrero, en la sede del Seminario Conciliar de Barcelona de la calle Diputación.

Esta heroicidad soñadora es la que, por ejemplo, impulsó en 1965, a unos hombres y mujeres, (cuyos nombres ya rezan en crónicas y anales) a llevar a cabo la ingente tarea de lograr para Barcelona “La Pontificia y Real Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima de la Esperanza Macarena” y, en el reciente 2003, la Hermandad de la Borriquita.

Amigos Cofrades: el Domingo de Ramos vais a abrir el libro de los Evangelios para evangelizar al pueblo de Barcelona. Vais a reproducir lo que hace más de dos mil años, aconteciera, próximo a Jerusalén, en Betfagé, junto al Monte de los Olivos.

El Hermano Cofrade cree y sabe guarda la fe “de sus mayores”, la de sus padres, y la actualiza en unos actos que vienen a ser “Autos Sacramentales” del más vivo patetismo.

Y si pasamos al Viernes Santo, el de las tres caídas de Jesús camino del Gólgota o Calvario, con la ayuda del Cirineo, padre de Alejandro y Rufo; el de las palabras de Jesús a las afligidas mujeres: - Hijas de Jerusalén, no lloréis por Mí; llorad más bien por vosotras mismas y por vuestros hijos...
el de la Crucifixión de Cristo y sus palabras: ¡ Padre, perdónalos, que no saben lo que hacen!
Y el del sonoro y desgarrador lamento y despedida: en tus manos encomiendo mi espíritu... Otro, más dolorido Auto Sacramental.

Pues la Hermandad vuestra, la del Cristo del Gran Poder y la Esperanza Macarena, también abrirá el libro de la evangelización; y nos ofrecerá a los discipulos de Jesús: ellos, nazarenos con túnica y capirote–antifaz negros y cíngulo amarillo; ellas, de túnica y capa de trama y urdimbre color lana y capirote de color verde y todos a una, tal una muchedumbre fiel, acompañando a Jesús dolorido y a su Madre, lacerada de dolor...

Las calles de Barcelona (Ramblas, Santa Anna, Portal de l’Àngel...) semejarán un camino hacia el Gólgota, entre rezos y plegarias, con candelas de fervor y sentimiento, entre roncos tambores del Mollés para el Cristo, y delicados y suaves sones para la Virgen, con la Banda de Música de la Asociación Musical de la Rosa de Sant Feliu...

Y en el Encuentro en la Catedral de Jesús con la Virgen, su Madre, un renovar la bíblica escena de la calle de la Amargura de Jesús y las Santas Mujeres, de no lloréis por Mi, llorad por vuestros hijos... o la dolorida escena desde la Cruz, encomendando su Madre al discípulo amado, y a éste a su Madre: Mujer, He ahí a tu hijo; y tú, hijo, he ahí a tu Madre...

También, en este encuentro de Jesús con su Madre, la despedida de su hijo y un abrir de par en par, para la Virgen, el camino doloroso de una acerada soledad y de la mayor de sus angustias.

Amigos: esta Semana Santa que os he pregonado y todas las habidas y por haber, han sido objeto de múltiples comentarios y estudios; unos con anclajes en la alabanza y en el ditirambo, y otros, con negras sombras de ataque y desprestigio. Yo he pretendido desgranar el misterio y el sentido de estas celebraciones y solemnidades, verdaderos autos sacramentales, hechos de belleza y pasión, de exaltación de la fe y de fervores de penitencia.

Y termino y repito: vuestro pasado, el que constituyó vuestra biografía primera, no lo habéis olvidado. Vuestra fidelidad a Barcelona y Catalunya es eco y se fundamenta en esas otras fidelidades entrañables y sentidas que cada año actualizáis, tal esta Semana Santa que se aproxima y que yo modestamente he querido pregonar.

HE DICHO

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