PREGÓN DE LA JUVENTUD 2009

Pronunciado por Rafael Suárez Bazán
Barcelona, 28 de febrero de 2009

Sr. Presidente del Consejo General de Hermandades y Cofradías de la Archidiócesis de Barcelona y miembros del Consejo.

Hermanos Mayores, Presidentes, Pro- Hombres y directivos de las Hermandades y Cofradías de Barcelona y su entorno.

Hermanos y Hermanas de las distintas Hermandades de la Archidiócesis de Barcelona, aquí presentes, feligreses y amigos, que os habéis congregados hoy aquí. Sed bienvenidos.

Antes de comenzar con el pregón, permítanme, que tenga unas palabras, una pequeña oración, una pequeña ofrenda, que quisiera hacerle desde este atril del que les hablo a Ella, María, que en su advocación de Angustias hoy nos acoge bajo su manto.

Son unas estrofas de un poema a la Virgen de las Angustias, patrona de Granada.

Madre, que portas al Hijo, ¡Madre!
Nos descubrimos ante Vos, reina de la Vida.
Todo el pueblo de Granada está contigo.
Contigo y con los versos poblados de Evangelio.
¡Tú eres la llena de poesía!
El verso más níveo y el universo más nieve.
La rosa más rocío y el rosal más enrojado.
El jardín siempre vivo y la Vida en la vida.
Madre, que portas al Hijo, ¡Madre!
Nos arrodillamos ante Vos, reina de la Luz.
Desde tu inmaculado y purísimo manto
descúbrenos la gracia del cielo
y danos la paz en donación,
ante el diluviar de tormentas y tormentos.

     Como un capataz que llama a su gente, pues todo está listo para comenzar.

     Como tres golpes de llamador, tres golpes de corazón, resuenan en mi interior.

Hermanos, hermanas, mi pregón empieza ya.

Seguramente no será el de más bello lenguaje, ni el de mayor referencia histórica sobre Semana Santa sea, pero he abierto mi corazón, he dejado que las palabras fluyan, pues de mis vivencias y mis sentimientos está impreso este pregón.

La Semana Santa es de todos y de cada uno. Tantas Semana Santas, como cofrades la viven. Por eso os invito a contemplar la Semana Santa desde los ojos de un niño, que con el tiempo creció y se convirtió en este humilde cofrade que hoy saca todo que guardaba en su interior.

Sevilla años 80, aquí comenzó todo. Mis primeras procesiones, mis primeros sones de corneta y redobles de tambor, el olor a incienso y azahar.
Semana de procesiones sin parar, desde Domingo de ramos a Resurrección. Lunes , Martes, Miércoles, Jueves, Viernes, Sábado, además de la Madrugá.

Pasos y momentos, que como una divina corona de espinas se clavaron en mi interior, y que a pesar de los años que han pasado sigo recordando con ilusión.

La ilusión de un niño por vestirse de nazareno y a sus Titulares acompañar.
La ilusión de un niño por rememorar la historia que durante esa semana, por las calles le contarán.

Al compás de las cornetas, las trompetas y el tambor, en silencio, al sentir de una saeta, con el olor a incienso impregnado a su alrededor, y con las filas de los nazarenos acompañando a la procesión.

Verá como el Domingo de Ramos, día de palma y palmón, a lomos de la popular borriquita, entra triunfante en Jerusalén, Jesús el Hijo de Dios.

Lo verá durante su última cena, en el monte orando, como es traicionado, cautivo y sentenciado.

Verá como es humillado por hombres, su sufrimiento con la cruz a cuestas camino del calvario, como en una cruz es clavado y allí morirá para redimir, al mundo de sus pecados.

Lo verá yaciente en los brazos de su Madre, María, la Reina de los Cielos, que en ningún momento abandona a su Hijo y lo sigue en este camino de tristeza y dolor. Verá a Jesús enterrado en un sepulcro.

Para el último día, para gozo de su corazón, verlo de entre los muertos Resucitado, ha llegado el gran día que esperaba, el Domingo de Resurrección.

En “mi” Cofradía de los Negritos, hice mi primera estación de penitencia a la Catedral, y allí pasé mis primeros años de mi vida de Hermandad.
Mi Cristo de la Fundación y Ntra. Sra. De los Ángeles, así se llaman sus titulares, fueron mis “Primeros Padres”, y por esos siempre los tengo presentes en mis recuerdos imborrables.

Por cosas de la vida otra Semana Santa entró en mí, la de Sanlúcar de Barrameda. De Sevilla a Sanlúcar de Barrameda, dos Semanas Santas, distinta pero iguales, que marcaron mi infancia y mi adolescencia.

Una referencia de cofrades, espejo para otras ciudades, de procesiones constantes, y la otra más chiquita, pero de gran belleza y momentos igualmente memorables.

Y acabé en Barcelona, donde apenas tenía constancia de movimiento cofrade. Pero cual fue mi alegría, al comprobar que estaba equivocado.

En tierras barcelonesas fue la Borriquita de l´Hospitalet, mi primera procesión ,pero fue el Viernes Santo, cuando una Cofradía me pellizcó en el corazón.

Es y sigue siendo, la Hermandad que hoy en San Jaime, os acoge con cariño al resto de hermandades, la Hermandad y Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias. Y desde ese día, éste que hoy hace de pregonero, tiene el honor de llevarla por las calles de Barcelona hasta que su cuerpo aguante.

Pero yo sólo, como es normal no podría “pasearla”,y al igual que en el resto de hermandades, hay un grupo de personas, que a sus queridos Titulares, rezan a su manera, como ellos sólo saben.

Rezan con cada paso, con el racheo de sus pies sobre el asfalto, en cada “levantá”, en cada “revirá”, en cada mecida al son de las marchas que la banda va interpretando.

No importa el sufrimiento del peso que se va llevando, a pesar de las horas y el cansancio, pues es nuestra estación de Penitencia y para ello estamos.

Divino veneno, el que se siente hay debajo, que hace que cuando todo se acaba, y el paso se va encerrando, deseas que pase otro año para volver a sacarlo.

Ya queda menos para este año, la calle ya esta esperando. Otro año más para que sobre los hombros o el costal, hombres y mujeres, se conviertan por unas horas en los pies de Jesús y María, por las calles de su ciudad.

Detrás viene la Banda de Música, de Cornetas y Tambores, que marcan el compás del paso, con cada marcha que va tocando. Marchas y más marchas en el aire resonando. Marchas que son sonido de Semana Santa, marchas que son oraciones, marchas que se quedan en la memoria grabadas, y que hacen aflore un sentimiento a medida que la vas escuchando: “Amarguras”, “Ione”, “Virgen del Valle”,... “la Saeta”, “Consuelo Gitano”, “Cristo de la Sangre “.

Admirable es la labor de este grupo de cofrades, que con meses y meses de duro trabajo y de ensayos, envuelven con su sonido el andar de Nuestros Titulares.

Y es la manera en la que ellos rezan, con el redoble del tambor y el “llanto” de una corneta.

Ya ha pasado un año, ya estamos en Cuaresma, queda menos para la Semana Santa, los nervios a flor de piel, el trabajo se acelera, hay que ir preparando todo, el esperado momento se acerca.

En un mes, llegará lo que durante un año hemos estado esperando, ver a Nuestros Sagrados Titulares, sobre sus pasos, por las calles paseando.

Un año más saldremos a la calle, proclamando y compartiendo con el pueblo nuestro Amor por Jesús y su Madre, proclamando nuestra Fé.
Con cada paso la palabra de Dios iremos predicando.

Las calles se volverán a llenar de personas, que de contemplar al Hijo y a su Madre están ansiando, y nosotros con todo nuestro corazón, durante unas horas se los vamos “entregando””.

Y alrededor de Jesucristo y María Santísima, un pequeño milagro se va obrando, tener todo un pueblo rezando. Sin importar color de piel, ni ideales ni condiciones sociales, porque ante los ojos de Dios todos somos iguales.

Todo un año de trabajo y de esfuerzo, resumidos en unas horas, las que van desde la apertura de las puertas del templo para “adentrarnos” en el bullicio, hasta que éstas vuelvan a cerrarse hasta la próxima primavera. Unas horas intensas, de recogimiento, por que no, de nervios, que todo vaya bien, que todo salga según lo previsto.

Unas horas, que pasan a ser eternas en el recuerdo, unas horas en las que sentimos que mereció la pena tanto esfuerzo, de todo un año para ese momento.

Y al acabarse la procesión, y volver al silencio, una frase nos dice por dentro: ¡ Ya pasó todo, está todo hecho, pero que pase pronto este año, para volver a salir de nuevo!

Barcelona, Domingo de Ramos, entre palmas y palmones, niños y mayores, Jesús en su borriquita, por las calles es aclamado.

Al llegar el Viernes Santo, Jesús con la cruz a cuestas va cargando en su Gran Poder representado, con su Madre María Esperanza Macarena, Reina del Cielo Sevillano, bajo su palio tras él llorando.

En la Catedral se realiza el encuentro esperado, Madre e Hijo, frente a frente, entre el pueblo entregado.

Mientras por las callejuelas se va acercando, María de las Angustias, al pie de la cruz, con su gesto entristecido por el dolor y el llanto, de sostener a su Hijo yacente entre sus brazos.

Badalona, se llena la noche del Jueves Santo, de un recogimiento inusitado, con la Procesión del Silencio que desde Santa Maria por sus calles va pasando.

Cuando llega el Viernes Santo, por las calles de Badalona el Cristo del Perdón va expirando, para inmediatamente después transformarse en Calvario, con Jesús de la Misericordia en su cruz clavado, donde a sus pies San Juan, María Esperanza y la Magdalena, la muerte del Maestro están llorando.

Sobre su trono dorado, su cuerpo yacente es portado, y detrás a María en su Soledad la ha dejado.

Santa Coloma, en la antigua Jerusalén se va transformando, Jesús a lomos de la borriquita al pueblo está entrando, llega la hora es Domingo de Ramos.

Y al caer la noche del Jueves Santo, María Magdalena a los pies del crucificado, de la Vera-cruz venerado, llora al ver Jesús yacente en su cruz clavado. Detrás viene María, bajo su palio mostrando, los Dolores de una Madre a la que a un Hijo han matado.

Llegará el siguiente Domingo, de Resurrección proclamado, para ser testigos del momento anhelado, María y su Hijo Jesús Resucitado, ante el pueblo encontrados.

Y nos vamos al Prat, en la mañana del Domingo de Ramos. Por todo el pueblo Jesús es aclamado, mientras hace su aparición sobre la borriquita montado.

Al llegar el Viernes Santo lo verán crucificado y detrás vendrá María con sus Dolores bajo palio.

Sant Boi de Llobregat, noche del Viernes Santo, Jesús de la Agonía, en el huerto está orando, mientras María, en sus Dolores, sigue a su hijo amado, pues ella sabe bien que su momento está llegando.

En Sans Vicencs dels Horts, cuatro hachones, en la noche del Jueves Santo, iluminan al Cristo de la Salud en su cruz clavado y María en su Soledad le va siguiendo los pasos.

Y cuando en Badía del Vallés el Viernes Santo ha llegado, Jesús Nazareno toma su cruz para empezar su calvario, y María con sus Dolores le sigue bajo palio.

En Castelldefels, Jesús a lomos de una borriquita, por Vista Alegre paseando, para celebrar con el pueblo, que el Domingo de Ramos ha llegado.

Llegó el Jueves Santo, y Jesús es Cautivo, apresado, para dolor de su Madre, que de sus ojos Lágrimas van brotando.

Por la tarde del Viernes Santo, algo grande acontecerá, es el encuentro entre Jesús Nazareno con Jesús y la Virgen de la Paz.

Pero al llegar el Sábado Santo, Nuestra Madre Dolores llorará, en el Santo Entierro de su Hijo, con todo Castelldefels detrás.

Mientras en la noche del Jueves Santo, todo Martorelles enmudecerá, cuando la Procesión del Silencio, por sus calles vean pasar.

En Montcada, la Virgen de los Dolores, por sus calles procesionará, abriendo la Semana Santa, pues el Viernes de Dolores será.

Y ese mismo Viernes, bajo advocación similar, Mataró contemplará a María en su sentido caminar.

Aquí el Domingo de Ramos, Jesús Cautivo será, y el Jueves Santo, bajo el nombre de Nazareno su cruz a cuestas tomará y su Madre María Esperanza, tras su hijo irá.

Ya el Viernes Santo, es algo especial, pues Mataró se prepara para su procesión General.

Y acabamos este recorrido de Semana Santa, hablando de la Semana Grande en L´Hospitalet de Llobregat.

Plaza de la Bóbila, Domingo de Ramos, el pueblo espera que Jesús sobre la Borriquita salga por la puerta ya.

Y por la tarde le seguirán al verlo Cautivo sobre su paso en su soledad.
En la mañana del Viernes Santo, el Nazareno con ayuda del cirineo, su cruz al hombro llevará, y su Madre Dolores detrás de Él llorará.

Por la tarde, Jesús de la expiración sobre su cruz morirá, para tener Santo Sepulcro en la noche del Sábado Santo, tras el cual irá llorando María en Soledad.

Cuando llega el Domingo de Resurrección todo es gozo y alegría, pues Jesús ha resucitado ya, y Ntra. Señora de los Remedios, que viene detrás, en cuyo rostro se denota su felicidad.

Esto es el pequeño adelanto de lo que nos espera, cuando llegue el mes de Abril, “a la vuelta de la esquina “se puede decir.

Señores, señoras este ha sido mi humilde pregón, pero no quisiera acabar sin dejar patentes mis agradecimientos, pues desde pequeño me enseñaron que es de bien nacido ser agradecido.

Dar las gracias en general, a todos los aquí presentes por haberme aguantado con este “sermón” que espero no se os haya hecho pesado. A todas las hermandades, miembros de junta y hermanos en general, por abrirme sus puertas cuando he ido a sus “casas”. A Manuel Zamora, por confiar en mí para realizar este pregón y para formar parte del Consejo de Hermandades y Cofradías, y esto lo hago extensivo a los miembros de este Consejo, como no, a todos los que forman “mi” hermandad de las Angustias, por hacerme ver que no se hace más hermandad por tener mayor número de hermanos, a Mercedes, Merche, y a Antonio, porque sin ellos seguramente la Hermandad no sería lo que es. A Bejarano, mi capataz y todos los que salen junto a mí debajo de las trabajaderas, por dejarme seguir “disfrutando” cada Viernes Santo llevando a mis Titulares.
A mis padres, por hacer de mí la persona que hoy soy.
Y estas más especiales van, para la persona que siempre está a mi lado, apoyándome en lo que hago, y aguantándome durante todo el año esta vida de cofrade que llevo, vida en la que hay días que sacrifico tiempo de pasar con ella para atender las obligaciones bien de la Hermandad, bien del Consejo, es mi esposa Miriam, y para la pequeña de 7 meses, que ha sido una nueva ola de felicidad en mi vida, un regalo divino en forma de niña que ha “revolucionado” mi casa, y hace que de cada día sea más especial aún si cabe, es mi hija Emma.

Como un capataz, que manda a su gente cuando la “chicotá” ya acabó.

Señoras, señores, ¡Ahí quedó este pregón!

Descargar el documento en PDF