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El domingo de Ramos a las seis de la tarde, desde la Parroquia de Santa Anna, dio comienzo la Estación de Penitencia de la Congregación de la Buena Muerte de Barcelona.

El paso estaba listo desde el día anterior en sus andas, el adorno floral corrió un año más a cargo de Flores Carolina. A destacar este año el suelo del trono procesional iba cubierto por placas con los nombres de las personas sin hogar fallecidas en las calles de Barcelona durante el año 2021.

Tras dos años sin procesionar la Congregación estrenaba Cruz de Guía y ciriales, faroles delanteros obra del escultor Salvador García, de Cehegín, también lució nuevos bordados de aplicación en los faldones, además como novedad por vez primera desde la recuperación de la procesión en 2014 el séquito contaba con acompañamiento musical, siendo los encargados del mismo los miembros de la Agrupación Musical Cristo del Buen Amor de Tarragona.

Además de por hermanos de la Congregación, las filas de penitentes iban compuestas por personas sin techo habituales usuarios del Hospital de Campaña de Santa Anna y también por miembros pertenecientes a colectivos de personas con discapacidades, siendo este año por vez primera que hemos visto procesionar penitentes en silla de ruedas. Es deseo de la Congregación que estos colectivos que sufren ciertas discriminaciones se vayan integrando cada vez más en la procesión y con ello hacer presente el Espíritu del Hospital de Campaña de Santa Anna en las calles de Barcelona

También procesionaron con nosotros miembros de otras cofradías y asociaciones de iglesia, así como representantes del ayuntamiento.

Formadas las filas, el Cristo de la Buena Muerte salió a las seis en punto de la iglesia de Santa Anna, pronto tuvo que salvar la dificultad inicial que supone la reja que da paso a la calle Santa Anna, donde se pone por vez primera a prueba la pericia de los costaleros que desde allí se dirigieron al Portal del Ángel, no sin antes sortear los inmensos macetones que dan acceso a él. La procesión se dirigió hasta el palacio episcopal donde fue recibida por el Arzobispo de Barcelona, Cardenal Juan José Omella. Ese momento fue aprovechado por los componentes del Circo Social de Reus para representar un cuadro de su Moixiganga, al cual le siguieron unas palabras del Sr. Cardenal que sirvieron para recordar la misión de la procesión y de los costaleros en particular que es llevar a Cristo a visitar los Cristos de hoy.

 

La procesión llegó a la Plaça Sant Jaume, donde pudimos ver el tercer cuadro de la Moixiganga. Cabe decir que el Circo Social de Reus que nos ha acompañado este año, está dirigido por el pastor anglicano Rafael Arencón y compuesto en un buen número por jóvenes musulmanes. Esta mezcla de creencia no ha sido casual y con ella la Congregación busca que el compromiso con los más desfavorecidos sea un factor de unión entre todas las creencias.

El cortejo procesional continuó por la calle Ferràn hasta llegar a las populares Ramblas donde cayó la noche y la procesión avanzó algo más lenta bajo los sones de la Agrupación Musical Cristo del Buen Amor de Tarragona. Tras el último cuadro de la Moixiganga los congregantes tomaron la calle Santa Anna hasta la recogida de nuevo en la iglesia del mismo nombre.

Desde la Congregación queremos dar las gracias a penitentes, costaleros, músicos, sacerdotes, personal de Santa Anna, CEMFIS, Amputats Sant Jordi, OAR del Ayuntamiento de Barcelona y todos y cada uno de los que han hecho posible que este Domingo de Ramos haya podido procesionar el Cristo de la Buena Muerte por las calles de Barcelona, a la vez que renovamos nuestro compromiso junto con el Hospital de Campaña de Santa Anna, de servir de altavoces en nuestra ciudad de aquellos colectivos formados por los Cristos de nuestros días

 


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